lunes, 7 de octubre de 2013

Conferencia y exposición sobre la Memoria Histórica en Setenil de las Bodegas (Cádiz)


El pasado sábado 5 de Octubre tuve la ocasión de presentar la Exposición sobre nuestro “Proyecto de Investigación, digitalización y difusión de la Represión Franquista en las Sierras de Cádiz y Ronda” en la bella localidad serrana de Setenil de las Bodegas (Cádiz). El acto que presidió el alcalde de Setenil, Cristóbal Rivera,  contó con la presencia de la concejal de Cultura, Rocío Ruiz, el arqueólogo, afincado en Setenil, Jesús López y el presidente de la Asociación Papeles de Historia, Manuel Castro.  La exposición estará expuesta en el Salón de Plenos del ayuntamiento de Setenil hasta el próximo domingo 13 de Octubre.
Presentación del acto: de izquierda a derecha, la concejal de Cultura, Rocío Ruiz, el arqueólogo Jesús López, Luis Javier Guerrero y el alcalde de Setenil, Cristóbal Rivera. (Foto. Manuel Castro).
Presentación del acto: de izquierda a derecha, la concejal de Cultura, Rocío Ruiz, el arqueólogo Jesús López, Luis Javier Guerrero y el alcalde de Setenil, Cristóbal Rivera. (Foto. Manuel Castro).
Además de inaugurarse la exposición itinerante que ya hemos llevado a varios pueblos serranos (en total 11 paneles explicativos) y que seguirá su periplo por otros pueblos en los próximos meses, presentamos el libro que sobre este proyecto hemos editado desde Papeles de Historia y que ha sido financiado por el Ministerio de Presidencia.
Aspecto de la exposición sobre el proyecto de recuperación de la Memoria Histórica en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Setenil (Foto: Manuel Castro).
Aspecto de la exposición sobre el proyecto de recuperación de la Memoria Histórica en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Setenil (Foto: Manuel Castro).
El acto terminó con una conferencia sobre los aspectos más relevantes de nuestra investigación, en la que resaltamos por un lado la inmensa labor de digitalización, con más de 140.000 fotografías realizadas en los tres últimos años, en los archivos nacionales, provinciales, militares y municipales y las intervenciones arqueológicas de prospección, localización y excavación de fosas de represaliados durante la Guerra Civil y el franquismo.
Conferencia sobre el proyecto de investigación sovre la represión franquista en las Sierras de Cádiz y Ronda (Foto: Manuel Castro).
Conferencia sobre el proyecto de investigación sovre la represión franquista en las Sierras de Cádiz y Ronda (Foto: Manuel Castro).
A nivel personal me fue muy gratificante volver, siquiera por unas horas, a un pueblo al que debo mucho. Setenil ha sido un lugar que literalmente cambió mi vida y al que le debo mi vuelta a la arqueología activa después de algunos años apartado de ella. Durante 1996 y 1997 realicé en las laderas del río Guadalporcún o Setenil una serie de intervenciones arqueológicas de urgencia causadas por la construcción de un aparcamiento que prácticamente  cambiaron todo lo que se conocía de Setenil (que no era mucho) hasta entonces. La presencia de un núcleo poblacional continuado desde el Neolítico Final en las cuevas y abrigos que rodean el cañón con amplios meandros que el río talló en la roca calco-arenítica hasta nuestros días, con escasos hiatus en esta dinámica, quedó demostrada en aquellas excavaciones. Uno de los hitos más importante fue demostrar la fuerte presencia romana, sobre todo de los siglos IV al VI d.C, que hasta entonces era desconocida en el casco urbano de Setenil.
Expo Setenil 2
Otro aspecto de la exposición itinerante sobre el proyecto de investigación de la Memoria Histórica de la Asociación “Papeles de Historia” que estará en Setenil de las Bodegas (Cádiz) hasta el 13 de Octubre (Foto: Manuel Castro).
Como estos trabajos se publicaron en nuestro Papeles de Historia nº 4, no tuvieron demasiada difusión fuera del ámbito local, por lo que prometo reproducir próximamente en estas mismas páginas el resultado y las conclusiones a las que llegamos.


Nuestro agradecimiento a Luis J. Guerrero por el tiempo que nos ha ofrecido, por las preguntas que le hemos realizado y por las respuestas, que todas las ha dado. Del mismo modo, nuestro agradecimiento a la Asociación Papeles de Historia, presidido por  Manuel Castro, gracias por vuestro trabajo, vuestra proyección y compromiso social en nuestro pueblo.

Enlace: http://oppidumgestionarqueologica.wordpress.com/2013/10/07/conferencia-y-exposicion-sobre-la-memoria-historica-en-setenil-de-las-bodegas-cadiz/

domingo, 6 de octubre de 2013

Setenil: Memoria Recuperada, Memoria Compartida (Iª Parte).

Nuestro agradecimiento a la Asociación "Papeles de Historia" por la labor social que durante tantos años han estado llevando ha cabo con el objeto de recuperar y compartir las investigaciones realizadas sobre la Guerra Civil Española,  y hoy en especial por acercarnos a Setenil vuestra exposición.

Luis J. Guerrero (Arqueólogo), al inicio de la conferencia.

La publicación de la exposición.

Un momento insustituible, Luis Guerrero habla de la investigación realizada sobre los vecinos de Setenil.



Gracias a Manuel Castro Rodríguez, Luis Javier Guerrero Misa, Antonio Morales Benítez, Hugo Palomares Beltrán, Alejandro Pérez Ordóñez, Jesús Román Román, Fernando Singler Silvera y a todas aquellas personas que han estado junto con vosotros para que esto sea una realidad.






viernes, 4 de octubre de 2013

Nada que celebrar... en Setenil.

Gracias a Virgilio Martínez y Esteban López por el presente artículo.
Esperemos que algunos tomen nota y que seamos capaces de aprovechar los elementos que nos unen culturalmente y no hacer más grande las brechas que nos pueden separar.

 y no nos atrevamos a transformar un evento cultural de hermandad y transformarlo en proponer este tipo de conmemoraciones.

Diario Sur





Málaga, Agosto de 1487. El asedio castellano sobre Málaga llega a su fin y la ciudad está a punto de claudicar. Que se desplegaran ingenios bélicos y tácticas modernísimas demuestra la relevancia que para los monarcas de Castilla tenía esa conquista. Un asedio tan pavorosamente moderno, tan contemporáneo que recuerda por su dureza episodios bien conocidos de la Segunda Guerra Mundial o de guerras lastimosamente vivas en estos días. Todo se aplica con meticulosidad: bloqueo terrestre y marítimo que ocasiona entre la población malagueña una espeluznante hambruna; bombardeo artillero sobre la medina y sus arrabales hasta el punto de no dejar edificio en pie, como transmite Alonso de Palencia; guerra química y psicológica que incluye el lanzamiento de cadáveres de animales putrefactos mediante catapultas... una guerra de exterminio que viene a representar el fin del sultanato granadino porque quiere ser un aviso ineludible para los nazaríes, si en Málaga la conquista es tan severa, en el caso de resistirse Granada sufriría unas consecuencias aún más gravosas. 
El aviso es captado, el 18 de agosto de ese año, por fin, se produce a rendición de la plaza, y al día siguiente la entrada triunfal de los Reyes Católicos en la ciudad, precedida de una pomposa ceremonia en la Puerta de Granada. Tal acontecimiento hubo de ser visto por los malagueños como una liberación después del encarnizado asedio que duró meses, descrito por los cronistas castellanos con inusitado detallismo. Pero el fin de aquella pesadilla no se  produciría con la conquista militar de Málaga, convertida ya en Málaga. La saña de aquellas gentes de apellidos tan cercanos a los nuestros perduró con los castigos ejemplares a la élite gobernante malagueña, con el expolio de las propiedades de la población local y, finalmente, con la esclavitud, deportación y puesta en venta de esos malagueños derrotados en su más íntimo ser.
 Nuevamente Palencia lo relata con la minuciosidad de un periodista de guerra del siglo XX, a los renegados se les acañaveteará, a los desertores, conversos y judaizantes, se les quemará vivos y a los guerreros gomeres, a las gentes de las alquerías de Osunilla y Mijas, rendidas tras dura resistencia semanas después, y a cuantos hubiesen defendido la ciudad se les impondrá un "duro cautiverio". Moros de Málaga convertidos en cabezas, como si de ganado se tratara, van a ser deportados, comprados y vendidos en diversos lugares de Andalucía. Esa comparecencia en la documentación castellana de los desbaratados malaquíes, a través de unas relaciones confeccionadas por aquellos tratantes de esclavos castellanos, es simplemente estremecedora en su parquedad. Su reparto es un relato frío, notarial del horror humano. Traídas y llevadas, van pasando familias aterrorizadas a las que se reseña sumariamente con los únicos datos que merecen ser consignados, esto es, edad, sexo y, no siempre, procedencia. Por ejemplo, a Julián Bocanegra de Cazalla de la Sierra le correspondió la familia de Çayde Bentetin de 80 años y Mahomad de 35 su hijo y Haxa su mujer de este de 35 años y Barahen de 9 años y Mahomad de 7 años y Fátima de 9 meses, sus hijas, que son seis cabezas. Mujres que portan consigo a sus vástagos, como Marfata de Benagolbón, vendida con su niño de teta u otra Marfarta, mujer de Hammar, que va con su niña de brazos. Viejos que se convierten en los años finales de su vida en productos en venta con su descendencia, su valor añadido; el viejo Muça Abenfenegal de Zalea con sus dos hijas que son tres cabezas. Ese registro amplio, presiso, de pasmosa indiferencia hacia aquellas pobres gentes han merecido una atención escasa y discontinua por parte de la investigación histórica española y andaluza. Pero ese es otro asunto.
     Málaga, Febrero de 1937. Tras la ofensiva de las tropas franquistas, decenas de miles de malagueños y de otras gentes venidas desde lugares del occidente de Andalucía huyen en espantada por el único camino a su disposición, el de Almería, enclave aún en manos del gobierno republicano. Con el concurso fundamental de los italianos, la ciudad cae en manos del ejército sublevado el día 8 de febrero de 1937.
     La huida representa uno de los capítulos más vergonzosos de nuestra historia; una población civil, inerme y aterrorizada que es masacrada por tierra, mar y aire por un ejército apoyado por potencias extranjeras. Tal vez fue Norman Bethune quien resumió mejor tal ignominia. Lo que quiero contaros es lo que yo mismo vi
en esta marcha forzada, las más grande, las más horrible evacuación de una ciudad que hayan visto nuestros tiempos.
     Cualquier persona, historiadora o no, podrá, sin impostura alguna, encontrar concomitancias entre las dos "liberaciones" de Málaga, la de 1487 y la que vino 450 años después. Dos acontecimientos marcados por la brutalidad de unos vencedores que actuaron sin la más mínima grandeza. Y unos y otros se veían movidos por una doctrina cristiana que tenía en la compasión dos de sus principios fundamentales. No obstante, hay, desde el presente postfranquista, una distinta consideración sobre cada uno de esos acontecimientos. Si la toma de 1937 ha entrado ya en la galería de nuestros particulares horrores históricos y nadie en su sano juicio puede reivindicarla y defenderla, el fin de al-Andalus en Málaga, por el contrario, no ha sido sometido a reflexión por parte de la ciudadanía en su mayor parte ignorante, entre tanto bullicio, de lo que supuso ese remoto 18 de agosto, cuyo recuerdo es conmemoración de la Feria de Málaga.
     Tal vez sea demasiado tarde para proceder a hacer cambios de mayor profundidad en las efemérides malacitanas, pero nunca lo será para reflexionar sobre lo que aquello significó. Es una labor que no compete exclusivamente a sesudos historiadores, sino que una ciudadanía responsable ha de saber también lo que sucedió, cuándo, cómo y por qué. Y el resultado de esa reflexión final de cualquier persona sensible y responsable no distará excesivamente de la sentencia con la que iniciamos este escrito. Por tanto, nada que celebrar.