"No todas las verdades son para todos los oídos"
El nombre de la rosa, Umberto Eco
Una mañana de sábado, antes de seguir trabajando en esta novela, me enteré de la muerte de Umberto Eco. Tuve que dejar de escribir. De manera irremediable pensé en su novela El nombre de la rosa, en cuántos escritores empezamos a juntar palabras después de leerla, en cuántos lectores se aficionaron a la lectura al descubrirla y en lo cercano que puedes sentirte de una persona, a pesar de no conocerla y de no haber hablado nunca con ella.
Los escritores tienen este rasgo especial; ponen algo de sí mismos en sus obras y lo comparten con desconocidos, creando así un vínculo con sus lectores. Los maestros van incluso más allá y, como Umberto Eco, hacen que, después de leer sus libros, algo cambie en nosotros para siempre.
LUIS ZUECO, La Ciudad, Ediciones B., Barcelona, 2016. pág.: 9.
Gracias Luis por ese breve instante que nos ofrecistes tomando café, gracias por unas palabras que compartimos hablando de alguien que consideramos un maestro; como tú bien dices, nos cambió para siempre.
Una novela que recomendamos.
Imagen de portada.
Luis Zueco. Imagen de solapa interior. Al fondo Albarracín (Teruel)
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